Yo, el compasivo Poncio Pilato, supremo prefecto de Judea, en el año XVII de Tiberio César Augusto, encuentro de toda culpa al reo Jesús de Nazareth de el vino envenenar, ofrecido en las bodas de Caná, con el polvo fétido de los huesos de Caín hallado en el fondo de las ánforas, por lo cual lo condeno a la cruz.
Por: Rodolfo Isaac Méndez (2025).
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