Un día claroscuro cualquiera, Hugo y Oscar al planeta Tierra llegaron en la misma nave uterina. Uno blanco con pintas negras, el otro negro como la noche sin estrellas. Hugo expulsaba bolas de pelo de oro, mientras que Oscar esputaba ratones mutados que luego se convertirían en sus secuaces.
¿Se aproxima algo extraño para la humanidad?
Por: Rodolfo Isaac Méndez (2025).
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