Encarcelado por Morfeo caminó solitario por los claroscuros senderos del Jardín del Edén, reflexionando y cuestionando su existencia, entre ásperos brotes de matorrales con olor a desesperanza. En la base del árbol del conocimiento reposaba la columna vertebral expuesta por la descomposición, se encontró de frente con aquel despojo. ¿Acaso era su propio reflejo en el tiempo?
Por: Rodolfo Isaac Méndez (2025)
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