¿Blasfemo, yo? No. Soy el hereje que cree. Mi fe no encaja en falsos dogmas religiosos. Creo en el Jesús que echó a los mercaderes del templo, por eso escribo para volcar las mesas de los que trafican con su nombre. Lo que llaman blasfemia es en realidad mi oración más honesta. ¿Acaso escribir para derribar templos de hipocresía no es un acto cristiano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario